Con nosotros, el círculo se cierra.
Organizamos limpiezas sostenibles en playas y riberas. Grandes organizaciones ya están haciendo un trabajo fantástico contra la contaminación plástica, pero gran parte del plástico recolectado termina en el vertedero.
Como parte de Corsair Group, vamos un paso más allá. Tampoco dejamos esos residuos atrás: a través de la pirólisis, los convertimos en petróleo, de vuelta a la materia prima original.
Nuestra capacidad crece cada año, para que podamos procesar de forma sostenible cada vez más plástico. Cada cantidad reciclada se registra y certifica cuidadosamente, en total consonancia con sus obligaciones CSRD y ESRS. Transparente, medible e impactante.
En Europa Occidental separamos cuidadosamente nuestros residuos. Tiramos el plástico en el contenedor correcto, pensando: “Bien hecho”. Pero, ¿por qué nuestros residuos acaban en playas de Turquía, Tailandia o Filipinas?
Tras la recogida, el plástico acaba en empresas de clasificación. Allí se separa por tipo y reciclabilidad. Pero… alrededor del 40% no es reciclable.
Ejemplos de plásticos problemáticos:
Las bolsas de patatas fritas y los envases de café constan de varias capas de plástico y metal, no reciclables.
Las bolsas de pan con una capa exterior de papel y un interior de plástico no se pueden separar.
El plástico negro u oscuro no es reconocido por las máquinas de clasificación y acaba en el vertedero.
Sin embargo, los productores siguen fabricando este tipo de envases, porque llaman la atención en el estante. El marketing le gana a la sostenibilidad.
No todo el plástico que clasificamos se queda en Europa. Solo una parte se recicla realmente. ¿El resto? Realiza un largo y contaminante viaje hacia el extranjero.
Solo el 40% de nuestro plástico se recicla correctamente. Nada menos que el 60% se exporta, a menudo como “reciclable”, y acaba en vertederos, incineradoras o en el océano.
De Europa a Asia… y de vuelta
En Asia, los residuos se:
Queman (con el consiguiente humo tóxico)
Vierten o abandonan (a menudo directamente en el mar)
Eso conduce a playas contaminadas, residentes enfermos, ecosistemas muertos y microplásticos en la vida marina.
¿Y al final?
Vuelve a nosotros.
En el aire que respiramos. En el pescado de nuestro plato. En la naturaleza que queremos proteger.
Descubra historias impactantes de personas y comunidades afectadas por nuestras acciones.
Inspírese en sus experiencias, desafíos y esperanzas, y vea cómo el cambio realmente comienza con un solo paso.
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